miércoles, 30 de enero de 2013

Instalación para cuerpo humano/2006

Instalación  para cuerpo humano

  
Video: Elisabeth Mondragón
Edición: Diego Madero
Domingo 8 de octubre 2006,
Explanada del Palacio de Bellas Artes
Apertura 10:00 hrs. Cierre 19:00 hrs



Oaxaca: estado de sitio
Parafraseando a Marcos Roitman Rosenmann, Barcelona: estado de sitio, La Jornada, 16 de marzo 2002.

Los carros policiales y las tanquetas se han apoderado de los centros neurálgicos, controlando los movimientos de las personas. El acoso se siente. La violencia se torna visible en cuanto la ciudad esta sitiada. Ningún recoveco queda fuera de control o pasa inadvertido a los ojos de los estrategas militares. Los soldados patrullan camuflados entre los civiles. Los cuerpos de seguridad se apropian del espacio público y militarizan la vida cotidiana. El estado de sitio se impone, sin ser declarado formalmente. Un recurso político excepcional para mantener el orden y garantizar la paz interior, restringiendo los derechos ciudadanos, se considera lo más adecuado. Una ciudad sitiada. Nada, absolutamente nada, puede quedar fuera de control. El espacio aéreo, el marítimo, y el terrestre deben ser custodiados. El despliegue militar cubre las exigencias de un plan de defensa preparado con meses de antelación para evitar sorpresas de último momento. No caben sorpresas ni improvisaciones; el prestigio de las fuerzas armadas y los organismos de inteligencia está en juego. Cualquier sobresalto dejaría en mal lugar al gobierno. No se puede hacer el ridículo. Las circunstancias no están para ello. La tensión debe mantenerse. La realidad se presenta manipulada. El poder insiste en señalar que las convocatorias han sido realizadas por grupos minoritarios o marginales y coléricos donde se mezclan todo tipo de personajes cuyo objetivo no es más que destruir y violentar la paz social. No merecen credibilidad, son una amenaza. La buena gente no molesta y deja trabajar a los verdaderos hombres de Estado. Sindicalistas, trabajadores, mujeres,  jóvenes, estudiantes, profesionales, organizaciones internacionales de derechos humanos o defensa del medio ambiente pasan a la categoría genérica de presuntos terroristas. Son culpables de protestar, de mostrar su descontento con un orden mundial cada vez más excluyente y concentrador de la riqueza. Por ello representan un problema de orden público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario